sábado, 25 de abril de 2009






Esta madrugada algo fria pero cálida en el espíritu fraterno, nos hermos reunido 13 varones en nuestra comunidad y unidos como siempre hemos cantado y orado pidiendo y dando gracias al Padre Dios por lo que hace por cada uno de nosotros. Del Evangelio de San Lucas escuchamos el pasaje de los peregrinos de Emaus en donde centralmente comentamos de la necesidad actual de reconocer en cada hermano, en cada vivencia personal, en cada circunstancia de la vida la presencia permanente del Jesús resucitado que se manifiesta en la promesa cumplida del Padre, presencia que muchas veces pasa desapercibida por tantas y muchas razones que nos aquejan en el caminar diario, por tanto nos asiste la tarea de revitalizar permanentemente nuestra fe en el amor de Dios entregado por medio de su hijo y nuestra Madre María quien nos acompaña en cada paso de la vida terrenal.

Posteriormente el desayuno grato como siempre y con la camaradería en el intercambio de las opiniones del quehacer de cada uno y haciéndose presente el sentido de fortalecimiento del sentido de grupo, también se conversó la idea de efectuar una visita a un hogar de ancianos de nuestra ciudad, para compartir así un momento con quienes viven un tanto alejados de sus familias y el propósito es entregarles el afecto de hermanos que nos convoca, en la próxima publicación les contaremos de esta visita.
Como siempre un abrazo fraterno.

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