Gratificante siempre será iniciar nuestro día con la oración al Padre Dios y a nuestra Madre, la llovizna matinal le dió el marco especial a esta madrugada en donde la oración fue lo central muy bien dirigida por lo demás por Andrés, también es diferente la sensación de rezar y cantar al aire libre ya que nos deja la calidez interior de lo que invocamos en el rezo y en el canto.
Bien por estos hermanos nuestros que pese a algunas dificultades administrativas , siguen perseverantes en mantener esta actividad que a tantos hermanos nos convoca a nivel país y fuera de él, siendo el objetivo elevar nuestros rezos para pedir a Dios por todo lo que este mundo necesita.
Agradecemos la cálida acogida hoy en Santo Domingo acordando reunirnos en próximas madrugadas.
Un abrazo fraterno para todos y cada uno.
p.d: Manuel ausente hoy en San Antonio, madrugó en La Serena, le deseamos un buen retorno a casa.
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